Cursó sus estudios superiores en Múnich, donde logró obtuvo un doctorado en Derecho Público y Ciencias Políticas. A la llegada del Régimen Nazi, se exilia en Estados Unidos, donde realiza su mayor labor doctrinaria.
Loewenstein establece que existen muchos tipos de constituciones, pero que una verdadera constitución es aquella que, además de contener normas sobre los poderes supremos y garantías esenciales, debe encarnar los más profundos valores de la democracia y la realidad del grupo de gobernados al cual se impondrá. A esto se le denomina clasificación ontológica.
Loewenstein considera tres tipos de constitución:
Constituciones Normativas: su contenido e inspiración responden bien a las directrices democráticas que la rigen. La constitución de los Estados Unidos sería un ejemplo de ellas. Loewenstein la compara con un traje a la medida de la persona que lo usa.
Constituciones Nominales: su contenido no siempre responde a las directrices democráticas, sea por su contenido, sea por la realidad local. La mayoría de las constituciones del mundo son en cierto modo nominales. La comparación es con un traje mal cortado.
Constituciones Semánticas: también llamadas pseudoconstituciones, son leyes fundamentales con las cuales los gobiernos dictatoriales disfrazan su autoritarismo. Un ejemplo serían la de China. Es comparada por Loewenstein con un disfraz.
Loewenstein descartaba la posibilidad de construir una constitución ideal a partir de la teoría; así decía que una constitución ideal no ha existido jamás, y jamás existirá
Para Loewenstein, los regímenes políticos se clasifican en:
Autocracias: El poder se concentra en unas pocas personas, no están sometidos a mayor control y no reconocen el principio de soberanía popular. Incluye en este grupo a las monarquías absolutas y ciertos regímenes presidenciales con fuerte autoridad ejecutiva (hiperpresidencialismo o bonapartismo).
Democracia Constitucional: El poder es la expresión de la soberanía popular, ya que son elegidos popularmente y están sometidos a controles para que se mantenga el Estado de Derecho. La mayor parte de las repúblicas y algunos reinos caben en este grupo.
Según Loewenstein, esta clasificación no debe hacerse solamente mirando las leyes que regulan tales institucionalidades, sino también a las prácticas que se observan, ya que la sola existencia de una constitución no es suficiente para catalogar a un gobierno como democrático o autoritario
esta bien esta informacion
ResponderEliminarmuy buena información!! gracias! :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias :D
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarsoy wanmita
ResponderEliminartruji te amo
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